jueves, 16 de mayo de 2013

Europa es "Blue"


El Chelsea hizo valer ayer en el Ámsterdam Arena su condición de favorito y se impuso por 1-2 al Benfica en la Final de la Europa League. El partido fue un encuentro bonito y vibrante, digno sin dudas de una Final de Champions. El Chelsea con esta victoria se convierte en el primer equipo de la historia en ser vigente campeón de Champions y campeón de Europa League simultáneamente.


No obstante, dicho esto, el mejor de esta Final fue de cabo a rabo el equipo portugués. Un Benfica que mereció el título pero al que sigue persiguiendo la célebre frase de Béla Guttmann, entrenador que fue despedido en 1962 tras haber conquistado dos Copas de Europa consecutivas, en la que afirmó: "Sin mí, el Benfica no volverá a ganar una copa europea en cien años". Afirmación que seguramente sonaría ridícula por aquel entonces y que hoy en día se ha convertido en una auténtica maldición para el conjunto lisboeta, que desde aquella fatídica premonición ha perdido las siete finales europeas que ha disputado. Ya pueden esperar hasta el 2062 si se mantiene el gafe...

Perder una Final siempre es doloroso, perderla cuando sobre el papel eres inferior pero sobre el terreno de juego eres notablemente superior a tu rival debe de ser horrible... Así se debieron sentir los jugadores del Benfica, que han visto como en cuatro días prácticamente han perdido la Superliga (al ser derrotados por primera vez en la temporada ante el Oporto, que encima les arrebató el liderato, a falta de una jornada) y la Europa League.



El encuentro más allá de maldiciones, de justicia y de favoritos fue un gran partido de fútbol. Cualquier aficionado a este deporte disfrutaría de lo lindo viendo una final como la de ayer. Con dos equipos que con más o menos acierto salen valientes y a ganarla, sin temor al rival y "sin presión alguna". Los 15 primeros minutos fueron escandalosamente desequilibrados. El Benfica salió a tope y se comió al Chelsea en el inicio del choque. Fueron 15 minutos sencillamente perfectos de los portugueses y sólo la suerte, los líos en el área pequeña y el capricho de un balón que se negaba a entrar evitaron que el Chelsea encajase varios goles. Después del primer cuarto de hora el juego se normalizó y se equilibró. Lo cuál no quiere decir que el Chelsea jugase mejor que el Benfica (que se mostró más solido durante los 90 minutos de encuentro) pero sí que daba la sensación de poder llevarse la Final. 


Ya en la segunda parte el Benfica continuó a lo suyo. Cardozo marcó gol en el minuto 50 pero estaba en fuera de juego. Parecía no importar, algún gol acabaría por subir al marcador tarde o temprano de seguir todo igual. Sin embargo, nueve minutos después un saque largo de Cech, previó toque de Mata, alcanzaría las botas de Fernando Torres. Torres se marchó de Luisao, aguantó a Artur, lo regateó y marcó el 0-1 a puerta vacía. Jugadón y golazo marca de la casa del "Niño" que nos recordó a todos a aquel "9 del Liverpool". El Benfica estuvo a la deriva nueve minutos, noqueado por el gol. Pero se repuso en el 68 cuando una mano incuestionable de Azpilicueta (inexplicablemente no vio la cartulina amarilla) dentro del área supuso un penalti a favor del Benfica. Cardozo, el mejor de los lusos, empató el encuentro y devolvió a los suyos las esperanzas y el dominio del partido. Los diez últimos minutos fueron de infarto. Cardozo pudo culminar la remontada, pero ahí estaba Cech para realizar la parada de su vida (o una de ellas). Lampard también la tuvo con un trallazo desde fuera del área... ¡el larguero impidió ver el golazo de la Europa League! El cuarto árbitro apareció para señalar que se añadían tres minutos. Ambos equipos se veían ya en la prórroga mas ésta no llegó. En el minuto 92 y medio, Ivanovic, impulsado por el espíritu de Béla Guttmann, cabeceó un córner de manera sensacional poniendo el balón en la escuadra. El Chelsea se vio campeón y lo fue, aunque se pudo llevar un gran susto si Cardozo hubiese empujado la pelota que nadie sabe cómo no tocó en el área pequeña, en el minuto 93...












Así pues, el Chelsea hace de nuevo historia. Si bien por fútbol no debió pasar el año pasado las semis contra el Barça, menos aún ganar al Bayern la Final y éste tampoco al Benfica, una cosa está clara: estamos ante un equipo campeón. A pesar de ser inglés, cualquiera diría que estamos ante un equipo "made in Calcio" porque (con respeto para los italianos) jugando mal, ha ganado Champions y Europa League. Mención especial para los españoles Mata y Fernando Torres ya que, en estos momentos, son campeones de Mundial, Champions, Eurocopa (por partida doble) y Europa League.


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