martes, 1 de diciembre de 2015

Podio del Balón de Oro con sabor a reconquista


Hace un par de días se dio a conocer el nombre de los tres candidatos finalistas a alzarse con el Balón de Oro 2015. Messi, Cristiano Ronaldo y Neymar competirán por un galardón del que se ha quedado fuera Luis Suárez por la sencilla razón de que tras esta última purga sólo pueden quedar tres en pie. Dos azulgranas y un madridista copan la élite del fútbol mundial en una edición en la que, si no hay sorpresas, Lionel Messi obtendrá su repóker. Analizamos brevemente a los tres finalistas:

- Cristiano Ronaldo: actualmente se encuentra en el peor estado de forma de su carrera. Su ruptura sentimental a principios de año le provocaron un bajón anímico del que no se ha recuperado y que ha acabado por trasladarse a los terrenos de juego. Además, su entendimiento con Rafa Benítez, su nuevo entrenador, es absolutamente nulo y está jugando de delantero centro, una posición en la que el luso nunca ha terminado de sentirse cómodo. A su favor, actuaciones puntuales de altísimo nivel (como los cinco tantos que consiguió ante el Granada) y los récords goleadores que continúa batiendo. Este año se ha convertido en el máximo goleador de la historia del Real Madrid y de la Champions (superando a Raúl en ambos casos) y en el tercer máximo goleador de la historia de la Liga. Repetir aún así se antoja muy difícil para el portugués.


- Lionel Messi: es el claro favorito. Se unen dos circunstancias claves: una, este año hemos visto a un Messi mucho más cercano a su mejor nivel; dos, coincide con la bajada de rendimiento del único que puede hacerle sombra, Cristiano Ronaldo. Messi ha vuelto a demostrar ser un jugador único e irrepetible. Hace que lo difícil parezca fácil y es completamente imparable. De su mano el Barça logró un triplete impensable a comienzos de la pasada temporada y vuelve a disfrutar jugando al fútbol. Lucha mano a mano con Cristiano por ser el máximo goleador de la Champions (también ha superado a Raúl) y parece claro que pondrá tierra de por medio entre él y el luso en lo que a Balones de Oro se refiere. Sería el quinto del argentino.


- Neymar da Silva Santos: el 2015 ha sido el año de su madurez y consagración futbolísticas. Ha sabido dejar a un lado su individualismo y exceso de ego para transformarse en un jugador que necesitaría cualquier equipo del mundo. Es un atacante letal y ha demostrado con creces estar preparado para coger el testigo de Messi en caso de que fuese necesario. Entre él y Luis Suárez ni siquiera se ha notado la lesión de "La Pulga". Este año no, pero si Messi y Cristiano lo permiten y no se le apaga la chispa a Neymar, será el heredero de este "duopolizado" premio durante tantos años.


domingo, 22 de noviembre de 2015

"Clásica" humillación


El Barça tomó por la fuerza un Bernabéu que estaba blindado sólo por fuera


El Santiago Bernabéu se convirtió de nuevo en el centro de todas las miradas del mundo del fútbol como cada vez que se enfrentan el Real Madrid y el Barcelona. Esta vez, había un aura extraño en torno al partido por el eco de la amenaza terrorista surgido tras los lamentables sucesos de París. Durante toda la semana se ha hablado de las fortísimas medidas de seguridad hasta el punto de dar la vuelta a la tortilla y que el estadio merengue pareciese el lugar más seguro en toda la capital.

Con la pelota rodando ya por el césped, hubo un encargado de que se cambiase de tema de conversación y, por fin, se empezase a hablar de fútbol. Ése no fue otro que el F.C. Barcelona. Los culés demostraron estar a años luz de los vikingos y, con Messi disfrutando desde el banquillo, que no existe ninguna dependencia de su gran estrella. Lo de ayer fue un enfrentamiento de once estrellas sin equipo contra un equipo con once estrellas. Visto lo visto, el resultado era de esperar.

Rafa Benítez salió a jugar con toda su artillería y con todos sus "jugones". Fue tan valiente el planteamiento del técnico madrileño como extremadamente inútil. El Madrid ni presionó arriba al Barça ni se cerró atrás para salir después a la contra. En otras palabras, le puso las cosas facilísimas al mejor equipo del mundo con el balón en los pies. Parecía que la idea de los blancos pasaba por arrebatar el balón a su eterno rival, pero eso no sucedió en ningún momento.

Arriba, Neymar y Luis Suárez demostraron con creces que son capaces de hacer olvidar a Messi. Los dos continúan en estado de gracia y todo lo que tocan lo convierten en oro puro al estilo del Rey Midas. Rakitic se consagra como el fantástico futbolista que ya intuíamos en el Sevilla e Iniesta, como colmo para el Madrid, dio una exhibición con el balón digna de sus mejores años a las órdenes de Guardiola.

En el Madrid, Cristiano dio pequeñas muestras del jugador que es pero sigue lejísimos de su nivel y desperdició ocasiones en las que otrora era infalible. Danilo y Varane completaron una actuación ridícula, impropia de ambos y escandalosamente mala en todos los aspectos del juego. Modric y Kroos, los encargados de arrebatarle la pelota al Barcelona, tuvieron también un encuentro para olvidar. Ambos erraron pases que nunca fallan y estuvieron negados en la recuperación del cuero. Ni siquiera Keylor Navas disputó un buen partido

Habían pasado algo más de diez minutos cuando el Barça golpeó por primera vez en lo que se transformarían en noventa minutos demasiado largos para los locales. Sergi Roberto acarició la pelota para asistir con una clase magistral a Luis Suárez. El uruguayo tiró de instinto para permitir avanzar al balón hasta enviar un pase con el exterior al fondo de las mallas. Desmarque, un fugaz vistazo y definición mortal.


El abrumador dominio blaugrana, no obstante, tardó en traducirse en más goles. Una asistencia picada del mago de Fuentealbilla encontró a Neymar, que batió a Keylor Navas pese a estrellar el esférico contra éste. El costarricense contempló impotente cómo la pelota rebasaba la línea de gol. El 0-2 era un mundo de distancia, más por el fútbol visto hasta ese momento que por el marcador en sí. Pudo ser aún peor, pero la cabeza de Marcelo bajo el larguero quiso aplazar la sentencia hasta la segunda mitad.


Tras el descanso el Madrid salió a presionar y a tirar de un orgullo que le duró siete escasos minutos; el tiempo que tardó el Barça en lograr el 0-3. El tercero fue el tanto de la noche. Iniesta combinó con Neymar, que se la devolvió de tacón en la frontal del área, y el manchego pegó un zapatazo en carrera que se alojó en la escuadra de Navas. Por relajación del Barça, fue el turno de las ocasiones del Madrid y fue el momento de que se luciese el único culé que aún no lo había hecho: Claudio Bravo. Le detuvo las dos más claras a Cristiano Ronaldo y ganó con creces su particular duelo frente a Navas.


El cuarto del Barcelona llegó por inercia. Luis Suárez se vio con la bola en el área y definió con toda la calma del mundo, como si estuviese entrenando en la ciudad condal. El Madrid palmaba en casa 0-4 y al que más le desesperaba la situación era a Piqué, que vio cómo Munir frustraba su oportunidad de marcar el quinto tanto y de repetir su histórico gesto de la manita. El Santiago Bernabéu estalló en una sinfonía de pitos y de gritos de dimisión contra Florentino Pérez, presidente a quien le gusta demasiado jugar a ser director deportivo y que trajo a Rafa Benítez cuando Ancelotti había construido un equipo que funcionaba. El Barça ha abierto ya una brecha de seis puntos más el golaverage a su favor, salvo escándalo en el Camp Nou.



Ficha del partido:

Alineaciones:
Real Madrid (4-2-3-1): Keylor Navas; Danilo, Varane, Sergio Ramos, Marcelo; Modric, Kroos; Bale, James Rodríguez, Cristiano Ronaldo; y Benzema. Entrenador: Rafa Benítez.
Barcelona (4-3-3): Bravo; Dani Alves, Piqué, Mascherano, Jordi Alba; Rakitic, Busquets, Iniesta; Sergi Roberto, Luis Suárez y Neymar. Entrenador: Luis Enrique.

Sustituciones:
Real Madrid: James Rodríguez por Isco (54') y Marcelo por Carvajal (58').
Barcelona: Mascherano por Mathieu (27'), Rakitic por Messi (56') e Iniesta por Munir (76').

Goles:
Barcelona: Luis Suárez (11' y 74'), Neymar (39') e Iniesta (53').

Tarjetas amarillas:
Real Madrid: James Rodríguez (22'), Sergio Ramos (50') y Carvajal (82').
Barcelona: Dani Alves (30') y Busquets (90'+1').

Tarjetas rojas:
Real Madrid: Isco (84').

Árbitro: Fernández Borbalán.

lunes, 16 de noviembre de 2015

La FIFA: un golfo, dos golfos, tres golfos...


CASO CORRUPCIÓN FIFA

La FIFA: un golfo, dos golfos, tres golfos…



“El poder tiende a corromper, el poder absoluto corrompe absolutamente”. Esta cita fue acuñada por Lord Acton, político inglés de finales del siglo XIX, y describe a la perfección lo que le está pasando en la actualidad a Joseph Blatter y a todo ese circo llamado FIFA que crece a su alrededor.

Blatter, el comandante del fútbol, alcanzó el trono del deporte rey el 8 de junio de 1998, del que ha sido despojado el pasado 8 de octubre de 2015. El eterno presidente de la FIFA se ha estado aferrando al cargo durante diecisiete largos años que han corrompido su corazón como corrompió el Anillo Único el de Gollum. Quien otrora se mostrara intocable e indiscutible, es en estos tiempos señalado directamente en el centro de un huracán de escándalos y de pagos difícilmente explicables.

Ahora, el jefe del balompié no quiere caer solo. Intenta desesperadamente arrastrar consigo a todas las víctimas posibles, cuya participación en todo este entramado de corrupción, por otra parte, es más que probable. Uno de los acusados por Blatter es su “amigo” Michel Platini, presidente de la UEFA que, casualmente con Blatter fuera de juego, pretendía presentarse a las elecciones a presidente de la FIFA que tendrán lugar el próximo febrero, algo que le ha denegado la propia FIFA.

Mientras tanto, en España, Ángel María Villar sigue con el tridente firme cual dios Neptuno desde 1988. El actual vicepresidente de la FIFA y de la UEFA se frota las manos con expectativas de apuntar aún más alto. De momento no se ha demostrado nada contra él, si bien hay firmes sospechas de que la RFEF compró votos para la organización del Mundial de 2018 a cambio de votar a Qatar para la de 2022. Estas pesquisas (junto al resto de corruptelas en torno a la organización de estos dos eventos) fueron recogidas por Michael García, ex fiscal general de Nueva York, en el conocido como “Informe García”.

España y Portugal, que presentaban candidatura conjunta para el 2018, se quedaron sin su Mundial, pero Qatar sí fue asignada como sede para el Mundial 2022. De primeras, choca esta elección. Hablamos de un país con poca tradición futbolística, pocos y pequeños estadios, una situación geográfica desfavorable en pleno golfo Pérsico donde se superan los 40º de temperatura en verano y de un país muy lejano al respeto y la igualdad que promueven organismos como la FIFA o la UEFA. En Qatar, por ejemplo, está prohibida la entrada de hombres a partidos de fútbol femenino y la filmación de los mismos al considerarse “una práctica erótica y provocativa que va contra la moral”. Por alguna extraña razón, este aspecto no pareció inquietarle demasiado a la FIFA.

Una multitud de escándalos



Es difícil señalar a ciencia cierta cuándo empezaron las irregularidades en el máximo organismo del fútbol mundial, pero el estallido de los escándalos tuvo lugar este pasado mes de mayo. El soccer cobró por primera vez importancia en Estados Unidos y no precisamente por el entusiasmo que levanta en los aficionados yanquis. Loretta Lynch, fiscal general de Estados Unidos, propició la detención de siete dirigentes de la FIFA al destapar lo que definió como “una trama corrupta con raíces profundas durante al menos dos generaciones”.

Una investigación que lleva en vigor desde hace doce años, ha demostrado ya que el fraude de la FIFA asciende a más de 150 millones de dólares en concepto de sobornos y chantajes a miembros de esta organización para que, entre otras cosas, cediesen los derechos de los torneos internacionales a una u otra candidatura. Se sospecha además, que muchos de los máximos dirigentes de la FIFA han utilizado cuentas suizas para blanquear ciertas “subvenciones” de Rusia y Qatar, organizadores de los dos próximos Mundiales.

La respuesta inmediata de la FIFA en cuanto a las detenciones fue la de cerrar filas en torno a Blatter, asegurando que éste no tenía nada que ver. Todo había ocurrido delante de él pero no tenía absolutamente nada que ver con lo ocurrido. Parafraseando a un abogado de Benzema (en relación al Caso Valbuena), en el mejor de los casos Blatter quedaría como un idiota y en el peor, como un delincuente.

Como se ha demostrado más adelante, éste no era sino el principio de una desenfrenada cadena de corrupción a gran escala. Los sobornos y el dinero ilegal hace tiempo que se convirtieron en una forma de financiación de la FIFA. Lo que parecía cosa de la asignación de los Mundiales de 2018 y 2022 ha ocurrido sistemáticamente año tras año, torneo tras torneo. Los sobornos por acuerdos comerciales y de organización de los eventos salpican directamente, por ejemplo, a la celebración de la Copa América que el año que viene se disputará por primera vez en Estados Unidos. La fiscalía estadounidense habla de 110 millones de dólares que han ido a parar a los bolsillos de ejecutivos de la FIFA por asegurar que éste fuera el país anfitrión. Esto supone casi un tercio de lo que cuesta organizar un evento deportivo de esta dimensión.

Pese a los ingentes esfuerzos que la FIFA realizó por mantener pulcra la imagen de su amado presidente, les fue difícil explicar algunos sobornos que salieron a la luz y que parece ser que facilitaron que ganase las elecciones en 2011. Como también le resultó complicado a la fiscalía entender la mediación desinteresada que el bueno de Joseph desempeñó para que una compañía estadounidense cuya ética está fuera de toda duda (Nike) se convirtiese en la patrocinadora de la selección brasileña.

Blatter quiso convertirse en la voz de la conciencia universal declarando que “estas malas prácticas no tienen cabida en el fútbol”, pero lo cierto es que su nombre se había puesto demasiadas veces encima de la mesa y que el sospechoso acuerdo comercial entre la compañía norteamericana y la selección brasileña con la atípica intervención del presidente de la FIFA, puso en tela de juicio la asignación de Brasil como sede del Mundial de 2014.

Quizás hubiese algo detrás del empeño de la FIFA en que se celebrase el Mundial en Brasil, pese a que el 20% de su población estuviese por debajo del umbral de la pobreza, se retirasen fondos de sanidad y educación para financiar la Copa del Mundo, se desalojasen 170.000 familias de sus viviendas para la construcción de estadios o se echasen multitudes a la calle para protestar contra un Mundial que no querían.

Lo cierto es que sobre Blatter se sigue cerniendo el misterio sobre si es el mayor delincuente que ha conocido el fútbol o es un abuelo inocente que no se entera de nada de lo que sucede a su alrededor. Es posible que haya un poco de ambas cosas y que no sea sino el títere de otros más poderosos que mueven todo desde la sombra, pero negar que Blatter supiese algo de todo esto, tras diecisiete años en el cargo y con todos sus apoyos en la FIFA implicados, es pecar de una severa ingenuidad.

Por supuesto, a rey depuesto rey puesto. Platini dirigió palabras amables hacia Blatter, “su amigo”, y le pidió lo más cariñosamente posible que se marchase y le acomodase el asiento de la mejor manera. Fingió pedir la dimisión de éste y apoyar la candidatura del príncipe Alí Ben Hussein en nombre de la UEFA, para terminar desvelando meses después que él mismo pretendía optar a la presidencia de la FIFA.


Con el escándalo recién salido a la luz, incomprensiblemente Blatter ganó otra vez las elecciones a presidente de la FIFA el 29 de mayo. La FIFA se estaba convirtiendo en una mafia fuera de control y se ratificaba en el poder al capo. Sonreía en rueda de prensa y con ambas manos entrelazadas aseguraba que la corrupción se circunscribía a casos aislados.

“Sólo me explico la victoria de Blatter por el miedo”, declaraba Michael van Praag, presidente de la Asociación Holandesa y excandidato a dirigir la FIFA. Van Praag fue de los pocos que se mostró tan contundente y calificó de error la reelección de Blatter porque consideraba que la FIFA había decidido “seguir igual”. Definió a Blatter como el presidente de “todo lo malo que le ocurrirá al fútbol en los próximos años”.

Por su parte, Francia y Villar dieron la espalda a Platini (que encabezaba la cruzada de la UEFA) y adularon al reelegido presidente mostrándole todo su apoyo y fidelidad como hiciese José María Aznar con George W. Bush en el pasado. No obstante, el 2 de junio se precipitaron los acontecimientos con la dimisión sorpresa de Blatter.

El presidente cambió sus cuatro años de mandato por cuatro días porque sentía que no todo el mundo le quería en el puesto. Anunció la convocatoria de un congreso extraordinario para elegir un nuevo presidente y abandonó su mandato pidiendo “una evolución y no una revolución” para acabar con los famosos “casos aislados”. El Departamento de Justicia de Estados Unidos prefirió referirse a estos casos con otro nombre y los rebautizó, con permiso del hasta entonces presidente, como “prácticas desenfrenadas, sistemáticas y arraigadas”. El pobre presidente se marchaba del cargo por falta de afecto. Nada tenía que ver la investigación federal que se abrió desde Estados Unidos contra su persona.

Si algo hay que reconocerle al señor Blatter es su inmensa capacidad de generar dinero. Con él en el cargo, el dinero en caja de la FIFA ha aumentado de 578 millones de euros a 1.370 millones. El problema es que los miles de millones generados han contribuido con él a la formación de una jerarquía inamovible que se enriquecía más de la cuenta, es decir, ilegalmente. Los propios proyectos solidarios que la FIFA realizaba en el Tercer Mundo para la globalización del fútbol son sospechosos de arrastrar intereses personales generados de la expansión de lo que, al fin y al cabo, es un negocio.

Si se observan las sedes de los Mundiales organizados con Blatter podemos ver detrás de todas ellas ciertos intereses sospechosos. Blatter siempre quiso expandir el fútbol por todos los continentes y eso está bien, pero hay que preguntarse el grado de altruismo que había en todo ello. Fue el primero en llevar un Mundial a Asia y lo hizo en Japón, una de las mayores potencias económicas del mundo, en candidatura conjunta con Corea del Sur, economía emergente con buenas relaciones con el país nipón. En el Mundial de Corea y Japón, se han destapado ya amaños evidentes de partidos que explican cómo consiguió la modesta Corea del Sur alcanzar las semifinales del campeonato. Después el Mundial regresó a Europa a su actual fábrica de dinero, Alemania. En 2010 conquistó un nuevo continente: África. El Mundial fue a parar a Sudáfrica, país más rico de África a pesar de su desigualdad, en el que se jugó muy bien la carta de Nelson Mandela mientras se enriquecían unos pocos y los niños de color seguían jugando descalzos en la calle. El siguiente objetivo fue Brasil, tradición futbolística fuera de toda duda que además contaba con numerosas empresas emergentes que, estadísticamente, parecen sacar el país hacia delante. Ahora, Blatter se ha marchado con las dos asignaciones más polémicas de todas: Rusia y Qatar. En ambas podrían cuestionarse valores éticos pero con el petróleo de por medio eso parece pasar a un segundo plano.

Con la caída de Blatter y sus fuertes conexiones con Sudamérica (donde se ha demostrado que la Copa América viajaba al país que pujase más fuerte) ha quedado muy tocada la figura de Ángel María Villar. El presidente de la RFEF ha sido multado hace apenas unos días con 23.000€ por conducta impropia al gritar “¡Dios mío, tiene cojones!” en plena reunión contra la corrupción en la FIFA en el que, de momento, ha sido su único castigo.

Algún otro, como Chuck Blazer, exvicepresidnete de la Concacaf, reconoció que él y otros en la FIFA habían aceptado sobornos en distintos eventos. Mientras que Beckenbauer, una de las mayores insignias del fútbol, insiste en haber aceptado una subvención de 170 millones de euros para la celebración del Mundial de Alemania 2006 pero que en ningún caso aceptó sobornos. Según Wolgang Niersbach, de la DFB (Federación Alemana), Beckenbauer se entrevistó en 2002 con Blatter para negociar el pago de 6,7 millones de euros recibidos en calidad de préstamo del ex jefe de Adidas, Robert Louis Dreyfus. Adidas adelantó el dinero que después aseguró la subvención.

Los tres grande golfos



Es momento de detenernos brevemente en cada uno de los tres principales golfos (dejando al margen los geográficos). Michel Platini, Ángel María Villar y Joseph Blatter; presidentes de UEFA, RFEF y FIFA, respectivamente. Los tres máximos dirigentes del fútbol, los tres en entredicho, están inmiscuidos en demasiados asuntos comprometidos.

Michel Platini pasó de ser el gran favorito para suceder a Blatter a que la FIFA le denegase presentar su candidatura para las próximas elecciones. El francés, más que presuntamente implicado en la corrupción de la FIFA, ha tardado muy poco en convertirse en villano al lado de Blatter.

En 2011, el presidente de la UEFA recibió un “pago desleal” de 1,8 millones de euros por parte del presidente de la FIFA, según la Fiscalía suiza. Platini ha tratado de defenderse asegurando que ese dinero procedía de un “trabajo” realizado para la FIFA y que lo declaró conforme dicta la legislación suiza. La Fiscalía, no obstante, se muestra en desacuerdo con la versión del mandatario de la UEFA y ha abierto una causa tanto contra Platini como contra Blatter por “administración desleal, abuso de confianza y apropiación indebida”.

Mientras tanto, Villar ha apoyado la inocencia de Blatter en todo momento pero también apostó por la unidad en la UEFA y tendió su mano a Platini cuando éste pretendía optar a la presidencia de la FIFA. Sin embargo, la Federación Inglesa se opuso a la candidatura de Platini por su implicación en pagos irregulares y le asestó el jaque definitivo.

El 8 de octubre el Comité de Ética de la FIFA suspendió a Blatter y a Platini por pagos irregulares durante noventa días. “Lo que más me enfada es que me metan en el mismo saco que a los demás. Es vergonzoso que se me arrastre por el barro”, declaró Platini al conocerse su suspensión. También quiso precisar que cuando le dijo a Blatter que le pagase “un millón” (sin precisar la moneda) por el trabajo que hubiese hecho (algo que sigue sin aclarar) se refería a que le era indiferente, que le podía pagar lo que quisiese, como si lo hacía con una palmadita en la espalda…

El pasado 22 de octubre, la FIFA ha confirmado que investiga a Villar por posible compra de votos en la adjudicación de los Mundiales de 2018 y 2022. Su actitud reacia a la hora de colaborar con la investigación y su defensa a ultranza y fe ciega en Blatter y en Platini han provocado que esté más en el punto de mira de nunca. La FIFA cree que el de Villar se asimila al caso de Beckenbauer y está indagando sobre la implicación de ambos en los casos de corrupción.

Por su parte, Blatter continúa haciéndose la víctima y acusa a Platini de haber orquestado su caída y el escándalo de la FIFA por meros intereses personales. El presidente caído fue imputado por la Justicia suiza el 26 de septiembre.

Blatter y Platini se encuentran en una complicada situación de la que pronto podría formar parte también Villar. Los tres han jugado al Monopoly durante años con ingentes cantidades de dinero que se escapan ampliamente de lo cotidiano. Han hecho trampas y les han pillado.

La FIFA enfrenta ahora uno de los mayores retos de su historia. Poner fin a la corrupción y limpiar un organismo que cada vez es observado por los aficionados del fútbol con mayor asco y escepticismo. Con Platini fuera de juego, cinco candidatos encaran la recta final para convertirse en el nuevo presidente de la FIFA. El próximo 26 de febrero, Ali Bin Al Hussein (Jordania), Jérôme Champagne (Francia), Gianni Infantino (Suiza), Sheikh Salman bin Ebrahim Al Khalifa (Bahréin) o Tokyo Sexwale (Sudáfrica) ocuparán el castillo regido por Blatter durante tanto tiempo.

Por fin, el momento de la regeneración y de la revolución impedidas por Blatter ha llegado. La era de Blatter, Platini y ¿Villar? ya es historia.

lunes, 9 de noviembre de 2015

El Madrid cede el liderato en el Sánchez-Pizjuán justo antes del "Clásico"


El Sevilla derrotó al hasta ayer líder por 3-2 en un partido en el que los madridistas no supieron aprovechar su gran primera parte. Cristiano Ronaldo, un partido más, estuvo totalmente desenchufado del partido


Cosas del fútbol. Puedes jugar bien o puedes jugar mal, pero eso nunca es garantía alguna del resultado final. Si la pasada semana vimos cómo el Real Madrid vencía a un PSG muy superior, ayer asistimos a un encuentro en el que los hispalenses se toparon de cara con la victoria. El Madrid fue mucho mejor que el Sevilla en la primera mitad y el Ramón Sánchez-Pizjuán se agitaba en sus asientos impaciente, incapaz de comprender el planteamiento de Unai Emery

El Sevilla salió lanzado al ataque con una descoordinación impropia de un equipo de élite. Lo de ataque es por decir algo, porque si bien los futbolistas del Sevilla se dispersaban por la mitad del terreno merengue, la posesión del cuero era ampliamente madridista y difícil es atacar sin balón. Modric, Kroos e Isco recibían la pelota libres de presión alguna y hacían con ésta lo que querían y un poco más. Las ocasiones sólo se sucedían contra la meta defendida por Sergio Rico, el mejor de los suyos en los primeros 45 minutos.

Con el Madrid mandando llegó el gol de la manera menos esperada. En un córner Ramos voló, hasta ahí todo normal, pero remató de chilena un centro servido con mimo por Isco. El de Camas puso el 0-1 con un golazo para enmarcar pero se lesionó de un hombro en el que ya había manifestado problemas esta temporada. El capitán dejó su sitio a Varane y sin él poco a poco el Madrid fue perdiendo el liderazgo que había mantenido en el choque. Inexplicablemente, Ramos se retiró entre pitos del estadio del equipo de su corazón.


En medio del abrumador control vikingo, el Sevilla logró el tanto del empate de la manera más habitual en estos casos: a balón parado. Un córner que superó a Casilla (mal encuentro el suyo anoche) terminó en botas de Immobile que anotó prácticamente sin ángulo. No se lo creía nadie, pero el marcador se fue con empate al descanso. 


La segunda parte fue otro cantar. Parecía todo cuestión de que el Madrid le asestase la estocada al Sevilla pero Konoplyanka y Vitolo comenzaron a jugar al fútbol. Poco a poco el Sevilla fue mejorando y cambiando las tornas hasta adelantarse en el electrónico con el gol de Banega. Todo indicaba que Benítez sacrificaría a un hombre del centro del campo y metería a James en el regreso de su lesión, pero introdujo el cambio natural y sentó a Isco pese a ir por detrás en el partido.

James fue el mejor desde que entró en el campo. Pero ni con él, ni con un buen Jesé que entró más adelante, ni con una versión aceptable de Bale fue posible la remontada. Todo madridista se hizo ayer la misma pregunta: ¿dónde está Cristiano Ronaldo? Sí, estaba jugando. Era un alma en pena que se paseaba literalmente por el terreno de juego como quien anda por el campo una mañana de domingo, pero estaba jugando.

Lejos de conseguir el empate. El Madrid fue testigo de cómo Fernando Llorente, recién entrado, colocaba un testarazo en la escuadra de Casilla en su primera intervención. Con el 3-1, el Sevilla y su afición se vinieron arriba y sólo la suerte impidió que el resultado no se ampliase notablemente y terminase en una goleada local.


James, única buena noticia de la noche, maquilló justo antes del pitido final el marcador con un gran disparo desde fuera del área que significó el definitivo 3-2. El Real Madrid se dejó los tres puntos en Sevilla y ahora llega al "Clásico" por detrás del Barcelona y con la presión añadida de no poder dejarle escapar.


Ficha del partido:

Alineaciones:
Sevilla (4-2-3-1): Sergio Rico; Mariano Ferreira, Rami, Andreolli, Trémoulinas; Krychowiak, N'Zonzi; Vitolo, Éver Banega, Konoplyanka; e Immobile. Entrenador: Unai Emery.
Real Madrid (4-3-3): Casilla; Danilo, Pepe, Sergio Ramos, Nacho; Modric, Casemiro, Kroos; Isco, Bale y Cristiano Ronaldo. Entrenador: Rafa Benítez.

Sustituciones:
Sevilla: Immobile por Llorente (69'); Éver Banega por Krohn-Dehli (77'); Andreolli por Kolodziejczak (83').
Real Madrid: Sergio Ramos por Varane (31'); Isco por James Rodríguez (62'); Kroos por Jesé (77').

Goles:
Sevilla: Immobile (35'), Éver Banega (61') y Llorente (75').
Real Madrid: Sergio Ramos (22') y James Rodríguez (90'+3').

Tarjetas amarillas:
Sevilla: Immobile (35').
Real Madrid: Nacho (4').

Árbitro: González González.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Di María mereció más en su regreso al Bernabéu


El Real Madrid derrotó anoche al PSG en un partido en el que los franceses fueron mejores pero en el que no supieron aprovechar sus oportunidades. Con el 1-0 final, el Madrid es ahora el favorito para terminar como primero de grupo


El "Fideo" volvía en la tarde de ayer a la que fue su casa. Aquélla en la que alcanzó sus mayores momentos de gloria y en la que conquistó la "Décima" siendo el mejor hombre de la final. Su salida del club fue polémica. Hay quienes afirman que le dieron una patada en el culo cuando Florentino vio el repleto maletín que traía el United y hay quienes acusan a Di María de marcharse por amor a Don Dinero. De ahí, que hubiese un clima de neutralidad hacia él en la grada del Santiago Bernabéu. Se escucharon pitidos pero no se puede hablar de una opinión generalizada.

En lo futbolístico, Di María fue el mejor de un equipo muy superior al que vimos en el Parc des Princes. El PSG fue mejor que los blancos en todo momento pero la falta de lógica que hace del fútbol el deporte rey deparó un triunfo madridista pese al constante sufrimiento local. El encuentro comenzó trabado y con numerosas interrupciones. Isco se abrió la cabeza a los diez minutos tras un choque con Aurier y vio cómo le incrustaban nueve grapazos en la brecha y cómo le cambiaban de indumentaria hasta en cuatro ocasiones antes de poder reincorporarse al terreno de juego. Por su parte, Verratti y Marcelo se lesionaron y fueron sustituidos dando entrada a Rabiot y a Nacho.


Entre parón y parón, los dos equipos se disputaban la posesión del balón y el mando del partido. Fue el PSG quien consiguió lo segundo. Mucho más eficaz con la pelota, asustó a Keylor Navas en varias ocasiones. El trío Di María, Ibrahimovic y Cavani hizo mucho daño a la zaga blanca. Con el PSG dominando llegó el gol madridista.

Un disparo de Kroos se estrelló en un defensor galo y salió despedido hacia el aire. Trapp abandonó su portería como olvidando que existiese más gente a su alrededor y Nacho, aprovechando la ausencia de guardameta, envió un pase con el interior de su bota izquierda a la red según caía el cuero del cielo. El defensa marcó el único y solitario tanto de la noche en, como dijo Blanc después en rueda de prensa, una "semiocasión".


El Madrid se vio por delante sin creérselo y el PSG contó entonces con numerosas oportunidades de igualar el encuentro. Rabiot estrelló la mejor en el poste tras un control con el pecho y un espléndido remate de volea. Ibra y Cavani (a quien Varane le sacó una debajo de los palos) tampoco tuvieron suerte.

La segunda parte fue más de lo mismo aunque los dos equipos se desvanecieron poco a poco, víctimas del cansancio físico. Di María campó a sus anchas regateando sin pudor alguno a sus ex compañeros. El "Fideo" estrelló una falta en el larguero y se quedó con el mismo sabor agridulce que tuvo en su despedida de Chamartín. Ni siquiera fueron necesarias las espectaculares intervenciones de Keylor Navas. Anoche el PSG estaba condenado a la derrota sin merecerlo. Los palos y Varane se convirtieron en los ángeles de la guarda de un portero que ya es el mejor debutante de la historia de la Champions. El costarricense acumula ya seis partidos en Champions sin encajar un solo tanto.


No fue un buen partido del Real Madrid, de hecho fue un mal partido. No obstante, los tres puntos se quedaron en casa y los blancos ya están matemáticamente clasificados para los octavos de final. Ahora deben mejorar la imagen y el juego de cara al futuro y certificar una victoria más que les dé el primer puesto del grupo.


Ficha del partido:

Alineaciones:
Real Madrid (4-3-3): Keylor Navas; Danilo, Varane, Sergio Ramos, Marcelo; Modric, Casemiro, Kroos; Isco, Cristiano Ronaldo y Jesé. Entrenador: Rafa Benítez.
PSG (4-3-3): Trapp; Aurier,Thiago Silva, David Luiz, Maxwell; Verratti, Thiago Motta, Matuidi; Di María, Ibrahimovic y Cavani. Entrenador: Laurent Blanc.

Sustituciones:
Real Madrid: Marcelo por Nacho (32'); Jesé por Lucas Vázquez (62'); Isco por Kovacic (81').
PSG: Verratti por Rabiot (16'); Matuidi por Lucas Moura (74').

Goles:
Real Madrid: Nacho (35').

Tarjetas amarillas:
Real Madrid: Casemiro (87') y Keylor Navas (90'+1').
PSG: Aurier (44') y David Luiz (66').

Árbitro: Mark Clattenburg.

domingo, 25 de octubre de 2015

El Madrid se impone en Balaídos con un genial Keylor Navas


El Real Madrid logró la victoria a domicilio ante el Celta por 1-3, sufriendo en los últimos minutos, pese al buen partido realizado


El Real Madrid asaltó en la tarde de ayer Balaídos de la misma manera que la semana pasada el Parc des Princes. Esta vez sí le acompañó la puntería y consiguió hacerse con los tres puntos, pero la intensidad y la calidad fueron los mismos que los del pasado miércoles en París. Ahora, el Madrid es líder en solitario a la espera de que concluya el encuentro entre Barcelona y Éibar en el Camp Nou.

Los blancos salieron lanzados ante un Celta sorprendido que tardó demasiado en empezar a carburar. No habían transcurrido ni diez minutos de juego cuando Cristiano Ronaldo aprovechó un buen pase de Lucas Vázquez para marcar su séptimo gol en Liga esta temporada. El entusiasmo del gol le duró al Madrid lo suficiente como para volver a desarmar al Celta y que Jesé en el minuto veintitrés asistiera a un Danilo que llegaba más solo que la Luna al área de los de Vigo. El lateral portugués no perdonó y se desvirgó con el Real Madrid en competición oficial.


Con el 0-2, los blancos siguieron dominando en la primera mitad pero el Celta dispuso de varias ocasiones para reducir distancias. Apareció entonces el hombre del partido: Keylor Navas. Todavía habrá quien piense que era una buena idea eso de pagar treinta millones de euros por De Gea… El costarricense realizó cuatro paradas de gol que parecían sacadas de una serie de animación. Si hubiese llevado gorra, Balaídos entero lo habría confundido con Benji Price. El Celta se acercaba con claridad pero el descanso llegaba con buenas sensaciones en el juego de ambos equipos y con el conjunto local desesperado por la actuación de Navas.


El Real Madrid se impuso en la reanudación y cortó de cuajo la hemorragia de ocasiones locales. No obstante, en unas protestas de los jugadores del Celta, Cabral vio su segunda amarilla y dejó a los suyos con diez. Paradójicamente, el Madrid empeoró ante diez futbolistas y los locales se vinieron arriba espoleados por su afición. Entonces entró Nolito en escena con un aire de estrella. Puso un zapatazo en la escudra de la meta blanca y el pensamiento fue generalizado: "si no lo ha parado ni Keylor, eso es un golazo". Quedaban tan sólo cinco minutos y el árbitro añadió otros cinco. Diez minutos en los que el Madrid estuvo contra las cuerdas y el Celta rondó con ahínco el área merengue. En una contra, Marcelo terminó de matar el partido justo cuando se cumplía el tiempo suplementario. 1-3, tres puntos y líder.



Ficha del partido:

Alineaciones:
Celta (4-3-3): Sergio Álvarez; Hugo Mallo, Cabral, Sergi Gómez, Jonny; Wass, Augusto Fernández, Pablo Hernández; Orellana, Iago Aspas y Nolito. Entrenador: Berizzo.
Real Madrid (4-3-3): Keylor Navas; Danilo, Varane, Sergio Ramos, Marcelo; Modric, Casemiro, Kroos; Lucas Vázquez, Cristiano Ronaldo y Jesé. Entrenador: Rafa Benítez.

Sustituciones:
Celta: Wass por Radoja (66'); Pablo Hernández por Planas (80'); Orellana por Guidetti (81').
Real Madrid: Lucas Vázquez por Isco (61'); Jesé por Denis Cheryshev (69'); Modric por Nacho Fernández (79').

Goles:
Celta: Nolito (85').
Real Madrid: Cristiano Ronaldo (8'), Danilo (23') y Marcelo (90'+5').

Tarjetas amarillas:
Celta: Augusto Fernández (56'), Pablo Hernández (56'), Iago Aspas (56') y Nolito (60').
Real Madrid: Lucas Vázquez (51').

Tarjetas rojas:
Celta: Cabral (doble amarilla: 36' y 56').

Árbitro: Clos Gómez.