domingo, 2 de noviembre de 2014

Lanzado a por la Liga


El viento es cambiante e impredecible, pero hay una flecha que avanza atravesándolo con la diana como único objetivo. Esa flecha se llama Real Madrid. Ayer el Nuevo Estadio de Los Cármenes vivió una nueva goleada blanca con un 0-4 sobre el Granada en una exhibición de fútbol al alcance de muy pocos. Los merengues atraviesan un momento dulce y, por primera vez con Ancelotti como técnico, encadenan ya once victorias consecutivas en partidos oficiales. El Real Madrid, lanzado a por la Liga.

De poco sirvió el apasionado discurso de Caparrós en la rueda de prensa previa al partido. Su crítica a la portada del Marca (en la que se ponía en duda la fe en sus jugadores) pronto quedó en el olvido. Dos minutos tardó el Real Madrid en adelantarse. Una pelota peleada por Carvajal, que consiguió recuperar y tocar para Benzema, permitió al francés asistir a Cristiano Ronaldo que batió a Roberto en la primera que tuvo. El Granada trató de reponerse con profesionalidad y buen rigor táctico, pero la apabullante superioridad del Madrid fue avasallando a los granadinos poco a poco. Este equipo juega y lo hace muy bien. James e Isco han demostrado ser el eslabón perfecto entre Modric y Kroos, y Benzema y Cristiano. Las paredes se han convertido en algo habitual en las combinaciones madridistas y en botas de estos jugadores de ensueño parecen cosa de coser y cantar. Si la perfección existe, este Madrid cada vez se acerca más a ella.


Cuando daba la sensación de que el Granada empezaba a controlar el partido, es decir, cuando conseguía mantener el 0-1 en el marcador y la pelota relativamente lejos de su área, el Madrid mató a los locales. Un pase de espuela de Benzema y una volea de película de James Rodríguez provocaron que Caparrós agachase la cabeza ante la genialidad de ambos jugadores. Ningún jugador del Granada plantó cara a los blancos. Y no fue por falta de intensidad, sino por impotencia futbolística. Los vikingos fueron, volvieron a ser, un ciclón insostenible.


La segunda parte fue un calco de la primera. Los titulares madridistas miraban con temor al banquillo por temor a ser sustituidos cuando veían a algún compañero calentar. Y es que la de ayer era una de esas tardes en las que nadie quiere salir del campo porque todo sale bien, porque los jugadores disfrutan al máximo con lo que hacen. En los segundos 45 minutos observamos a un Cristiano más generoso de lo habitual, que buscó asistir a sus compañeros antes que marcar "su" gol. Si no fuese porque es insaciable, podría pensarse que quizá se conformase con ser el primer madridista que consigue anotar durante ocho jornadas seguidas. Lejos de eso dio un taconazo de escándalo para devolver a Benzema su asistencia y que el galo rubricase el 0-3. Faltaba por llegar el cuarto y se lo apuntó James que empujó un pase de Arbeloa a Cristiano, que éste no pudo rematar.










En el fútbol, como en la vida, hasta el rabo todo es toro. Mantenerse así a lo largo de toda una temporada es casi misión imposible, queda mucha Liga y mucha temporada por delante. Pero eso sí, a día de hoy, este equipo es imparable.



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