domingo, 3 de noviembre de 2013

El Rayo mereció más...


Partido intenso el vivido ayer en el Estadio de Vallecas. El Real Madrid se impuso al Rayo Vallecano por 2-3 en un partido en el que volvió a sufrir de lo lindo para hacerse con los tres puntos, algo que parece ya habitual en los campos ajenos a Chamartín. Las visitas blancas se convierten en pesadillas que de momento están teniendo un final feliz.

La primera parte fue cómoda para el Real Madrid. Volvió Xabi Alonso a la titularidad y Cristiano Ronaldo sacó su genialidad a relucir. El Rayo se avecinaba por el área contraria de vez en cuando pero el control era del Madrid. El primer sobresalto llegó muy pronto. Tan solo habían pasado tres minutos de juego cuando CR7 reclamó por primera vez en la noche ese Balón de Oro que le persigue hasta en sueños. Un toque de primeras en el centro del campo de Cristiano hacia Modric, una devolución del croata al hueco y una maravilla de carrera y regate (caño incluido) del portugués finalizaron en el primer gol de los visitantes. La definición de Cristiano sencillamente perfecta tras casi cincuenta metros de sprint. ¡Soberbio! Poco después el árbitro, Álvarez Izquierdo, se tragó un posible penalti de Carvajal que se quedó en una de las acciones más polémicas de la tarde y pudo haber supuesto el empate a uno. El encuentro, no obstante, se iría por otros derroteros. Un buen centro de Bale por banda derecha conectó en el 31' con la cabeza de Benzema que subió el 0-2 al electrónico. Así continuaba el marcador cuando el colegiado señalaba el camino de las duchas.


La segunda mitad comenzó calcando la apertura del partido. Apenas cuatro minutos sobre el terreno de juego, gol de Cristiano Ronaldo. Bale (cada vez mejor en esa "extraña" banda derecha) encontró las cosquillas de Arbilla con un autopase de lujo y asistió a Ronaldo que sigue sumando goles a ritmo de PlayStation. El 0-3 parecía definitivo y si caían más goles tendrían lugar en la misma dirección casi con seguridad... ¡pero qué bonito es el fútbol! Dos equipos separados por más de 500 millones de € compitiendo de tú a tú por la brillantez de un entrenador (y por el pasotismo de los defensas merengues, todo hay que decirlo). Paco Jémez, en lo que podría pasar como un intento de suicidio, quitó a Arbilla (defensa) para introducir a Larrivey (delantero centro). Así pues, pasó a formar con una línea de tres defensas, ¡tres defensas para frenar a Cristiano, Benzema y Bale!!! y un delantero adicional. El conformismo blanco y las ganas y la fe de los rayistas dieron un vuelco al partido. Dos penaltis (estos sí los pitó Álvarez Izquierdo) permitieron al Rayo acercarse en el marcador (2-3) con sendos tantos de Jonathan Viera. La remontada habría sido más factible de mostrar el árbitro (pésimo) la segunda cartulina amarilla a Carvajal, que sin duda era más grande que la Mezquita de Córdoba. El Real Madrid siguió con once por misericordia pura y dura (léase cobardía arbitral) pero pareció estar con nueve jugadores. El Rayo tuvo mil y una ocasiones para ponerse por delante y, sin embargo, la falta de pegada, Diego López y el poste lo evitaron. Una segunda parte lamentable del Madrid, sobre todo en defensa, con una oportunidad aislada del "Bicho" que se cocinó él solo a lo Juan Palomo y muy poco más. Un Rayo volcado mereció más, mucho más, pero al final los millones sí contaron...    








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