El Madrigal vivió anoche un partido para recordar. En su regreso a Primera ya son 10 los puntos que suma el "submarino amarillo" de 12 posibles y, desde luego, no es producto de la casualidad. En el A.D.N. de este equipo está el jugar bien al fútbol, con mimo al balón y juego ofensivo. Si no ganó ayer el conjunto castellonense únicamente fue por la falta de puntería y por la soberbia actuación de Diego López, que se enfrentaba a su ex-equipo.
El debut de Asier Illarramendi y del flamante fichaje, Gareth Bale, quedó frustrado por un Villarreal que nos transportó a temporadas atrás, cuando regalaba noches mágicas a toda Europa. Ambos equipos se intercambiaron los papeles y el dominio del encuentro cayó del lado local. El "submarino" dio una lección de fútbol: tocó bien, llegó bien y defendió bien. El Madrid regresó a su espesura de los dos primeros choques ligueros y sólo brilló en individualidades aisladas.
Tras dos paradas de gol de Diego López, el Villarreal se adelantó en el marcador. Un fallo estrepitoso de la defensa en general, y de Pepe en particular, propició que Cani, completamente solo en el área, batiese a placer a su ex-compañero. Aún habiéndose puesto por delante el Villarreal, su planteamiento no varió ni un ápice. Aquino tuvo en sus botas el segundo en una doble ocasión que, con dos manos salvadores, desbarató de nuevo Diego López (si esas paradas las hace Casillas colean en los telediarios una semana). El último cuarto de hora de la primera mitad el Madrid se deshizo del dominio del Villarreal. Pudieron empatar Ramos y Cristiano de cabeza, pero Asenjo y un remate horrible del luso lo evitaron. Illarra se mostró como una alternativa muy seria ante la baja Xabi Alonso ejerciendo de "control" del centro del campo. Una gran jugada entre Modric y Carvajal (este último fue el mejor del Madrid sin contar a Diego) finalizó en el empate madridista. El encargado de lograr el tanto fue Bale que empujó con la derecha (quién se lo iba a decir) una magnífica asistencia de Carvajal.
La segunda parte, lejos de asentarse el Real Madrid, comenzó con una ocasión clarísima de los locales. Jaume Costa, sin portero y sin presión, inexplicablemente no acertó a introducir la pelota entre los tres palos. Bale e Illarra se marcharon para dar entrada a Di María y Khedira. El galés dejó un par de detalles, pero aún le falta muchísimo ritmo de competición y pasó bastante desapercibido; Illarra, que aún debe dar mucho más, se presentó como una opción muy viable para liderar el centro del campo blanco a medio plazo. En un contraataque Cristiano anotó el gol más tonto de los 202 que lleva ya en el Real Madrid. Un tiro de Benzema detenido por Asenjo acabó en las botas de CR7, éste volvió a chutar, el balón pegó en un defensa, luego en Cristiano y finalmente en Asenjo antes de introducirse en la portería. El 1-2 recordaba ya a ese típico partido en el que el grande, jugando peor, se termina haciendo con los tres puntos. No obstante, seis minutos después el Villarreal haría el 2-2 definitivo. Diego López atajó un trallazo de Cani, pero el rechace fue a parar a los pies de Giovani dos Santos que consiguió superar al meta lucense, aunque éste alcanzase a rozar la pelota. A partir de ese momento, el Villarreal se cerró atrás buscando el contraataque. Pudo marcar el Madrid con sendas ocasiones de Di María y de Cristiano, a la que respondió muy bien Asenjo. También el Villarreal con un disparo de Cani que se topó otra vez con el meta merengue... Un empate en un muy buen partido de fútbol que mantiene a ambos equipos en puestos Champions con diez puntos cada uno.
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