miércoles, 19 de marzo de 2014

Una afición, una lesión y un jugador


Poco o ninguno era el atractivo del Real Madrid Schalke 04 tras el 1-6 cosechado en la ida por los blancos en el Veltins Arena. No obstante, llegados a los octavos de final de la Champions, cuando empieza a sonar el himno, cada partido es especial. Especial era para los "Moratas" en este equipo de "Cristianos y Moratas", especial para el insaciable CR7 que marca goles ya por gula, y especial para los cuatro mil alemanes de Gelsenkirchen que se desplazaron hasta Madrid para, seis goles después, seguir cantando por los colores de su equipo. 











Un partido intrascendente en lo deportivo que serviría de oportunidad para canteranos y no habituales. Así, fueron titulares: Nacho, Coentrao, Illarramendi, Isco, Jesé y Morata. La desgracia se cebó sobre Jesé al poco tiempo de comenzar el choque. El joven crack se lesionó y estará seis meses de baja por una rotura del ligamento cruzado de la rodilla derecha. La lesión de Jesé llega en un gran momento para él: cada vez ganaba más peso y minutos entre los pupilos de Ancelotti e, incluso, se especulaba con su convocatoria a la Selección Absoluta. Quién sabe si de continuar con su progresión habría estado en el Mundial de Brasil


A falta de Jesé entró Bale en el campo. El galés, que volvió a cuajar una excelente actuación contra el Schalke, fue junto a Cristiano Ronaldo el mejor del partido. Entre los dos fabricaron el primer gol madridista. Pase de Bale, ejecución del "Bicho". El Schalke empataría momentos después con un disparo de Hoogland que pegó en Sergio Ramos e, inexplicablemente, pasó por delante de Casillas sin reacción alguna del guardameta que parecía haber sido objeto de un "Petrificus Totalus". Por su parte, Morata demostró nuevamente que su ansiedad y su "mediocridad" le alejan de ser un jugador válido para el Real Madrid. Falló dos ocasiones a bocajarro y no dio pie con bola en todo el encuentro. 












La segunda parte fue la de Cristiano. Primero, por su golazo; luego, por sus cabreos muestra de su infinita ambición. Desde la grada se observó a un auténtico animal que dejaba atrás a sus rivales valiéndose sólo de su potencia en el camino hacia la portería. Después del carrerón, disparo seco abajo y gol. 242 goles de Cristiano Ronaldo con la elástica merengue con los que iguala a Puskas como cuarto máximo goleador de la historia madridista. Cristiano, sin embargo, terminaría el partido enfadadísimo consigo mismo, ya que estrelló un balón en el larguero y otro en el palo. Entre tanto poste, Morata marcó el definitivo 3-1 aprovechando un regalo envuelto con lazo de Gareth Bale. 3-1 y a cuartos










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