lunes, 24 de marzo de 2014

Madrid 3-4 Barça, Clásico por todo lo alto


El partido de anoche prometía y desde luego no decepcionó. Emoción, entrega y buen fútbol (algo que escaseaba en los últimos Clásicos ligueros) convivieron durante los noventa minutos que duró el choque. Tampoco faltó la polémica, una habitual de estas lides. Quizá por fútbol el resultado justo habría sido un empate, pero lo cierto es que el Barcelona se impuso por 3-4 en el Bernabéu y ha dejado la Liga en un puño. El Atlético es el nuevo líder y, a falta de nueve jornadas, no se recordaba un campeonato tan igualado desde la temporada 2006/07 (la de la famosa "Liga de las remontadas").



Con Mou y con Pep, los Clásicos obtenían una dimensión estratégica similar a la que pueda adquirir cualquier partida de ajedrez, pero lo que se vio ayer… ¡eso hacía tiempo que no se vivía! Dos equipos con jugadores de un talento inigualable que buscan el gol en cada jugada. La primera parte fue néctar para el paladar de los dioses más estrictos; un partido de fútbol en toda regla. El Barça comenzó mandando con quince minutos de control total, pases infinitos y llegadas al área de Diego López. El mejor Leo Messi hizo su entrada triunfal en el partido con una asistencia soberbia a Iniesta que el manchego envió a la escuadra. El Barça se adelantaba y el Bernabéu se congelaba. Fue entonces cuando Di María y Benzema se rebelaron y reclamaron la supremacía para el titán blanco. El francés aprovechó dos centros de Di María para marcar dos goles y de paso acallar las críticas que había desencadenado con un error anterior. El argentino, con esas dos asistencias y su presión infatigable, se convirtió en el mejor del Madrid. Pareció entonces más cercano el 3-1 que el empate, con un Bale veloz como nunca y un Barça errático en defensa, pero Messi volvió a hablar. Quiso asistir de nuevo a un compañero, pero Neymar (horrible) se enredó con sus propias piernas. Entonces Messi recogió el rechace y, entre un mar de piernas rivales, empató el encuentro antes del descanso. Undiano Mallenco, uno de los pocos suspensos del partido, se tragó un penalti en cada área en los primeros 45 minutos. Uno de Pepe a Neymar y otro por mano de Cesc.


La segunda mitad comenzó parecida a la primera, pero el nivel del primer tiempo fue inalcanzable. Cristiano Ronaldo por fin hizo acto de presencia y provocó un penalti (que en realidad era fuera del área) que él mismo transformaría. Con el 3-2 el Real Madrid estaba siendo superior, el Real Madrid se habría llevado el partido si no se hubiese cometido la tontería de la noche. No la realizó Undiano, ¡no! Fue Sergio Ramos. El capitán del Madrid, inexplicablemente, sacó un brazo sin sentido con el que agarró a Neymar lo suficiente para que se pueda indicar falta. Falta dentro del área, penalti; penalti siendo el último defensor de tu equipo, expulsión. Así de simple. Sergio Ramos, y no Undiano, se cargó el partido para los madridistas. Messi transformó el penalti y el Madrid vio como le empataban a tres y se quedaba con diez jugadores. Podría haberse quedado ahí la cosa, sin embargo, Xabi Alonso, celoso de la inocencia del que ayer fue su capitán, atropelló cual benjamín a Iniesta dentro del área. Tercer penalti de la noche, nuevo gol de Messi


3-4. Primera parte espectacular y segunda parte de penaltis que condenó al Real Madrid. Undiano se ganó la nevera mientras Messi se convertía en el segundo máximo goleador de la historia de la Liga y en el máximo goleador de la historia de los Clásicos. 1º Atlético, 70 puntos; 2º Real Madrid, 70 puntos; 3º Barcelona, 69 puntos. El Real Madrid no sólo perdió el liderato, sino que ahora es el único de los tres que no depende de sí mismo para alzarse con el título…  

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