Ni una goleada en Europa despeja las dudas generadas por el Real Madrid en este inicio de temporada. Sus bajones de rendimiento en las segundas partes comienzan a ser importantes y la forma física de los jugadores está en el punto de mira. ¿Es falta de actitud? ¿Mala preparación y planificación de la pretemporada? Quién sabe… En cualquier caso, a pesar de todo, el comienzo en Champions fue inmejorable. 5-1 en el Bernabéu frente al Basilea para empezar pisando fuerte.

Los segundos 45 minutos fueron otro cantar. El Madrid perdió ritmo y presión; pecó de conformismo. El 4-1 era suficiente y sólo la mala puntería de los suizos y su incapacidad de generar fútbol evitaron que se les metiese el miedo en el cuerpo. Un destello dorado hizo levantarse a los aficionados una última vez de sus butacas. Una espectacular pared entre Cristiano y Benzema (tacones mediante) y la definición del francés, llena de clase y potencia, fueron lo único reseñable de una segunda mitad que no levantó pasiones precisamente. El Madrid goleó pero no convenció. Mucho tiene que mejorar para repetir los éxitos del curso pasado…
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