Tres años después. Misma ciudad, mismo estadio, mismo rival, mismo destino. El Real Madrid se alzó anoche con su decimonovena Copa del Rey. Los blancos, esta vez sin necesidad de prórroga, se deshicieron del Barcelona por 2-1 en Mestalla. Gareth Bale recordó sus viejos tiempos de atleta y se lució con una carrera de sesenta metros en el 85' que finalizaría con el balón en la portería de Pinto.

Dicho esto, el Real Madrid fue superior en el partido. No se podrá quejar nadie de la actuación de Mateu Lahoz ni del estado del césped. Todo estuvo en perfectas condiciones para ver un gran partido de fútbol. De nada le sirvió al Barcelona su 65% de posesión, nuevamente estéril. Por el contrario, el Real Madrid jugó al contraataque a raíz del primer gol y lo hizo a las mil maravillas. Treinta segundos de posesión del Real Madrid suponían más peligro que tres minutos blaugranas. El objetivo del Madrid en los primeros minutos fue claro: marcar gol lo antes posible. Tras dos ocasiones de Bale, un contraataque en triangulación entre el galés, Benzema y Di María se convirtió en el 1-0 para los madridistas. El argentino batió a un Pinto que quizá podría haber hecho más. Los tres cracks contra el Almería se lucieron en la primera mitad. Di María, Isco y Benzema pusieron la magia a un equipo que se estaba gustando sobre el terreno de juego. Poco a poco el Barça fue obteniendo su tan ansiada posesión, sin embargo, a más posesión culé, más contraataques blancos y más peligro sobre la meta defendida por Pinto.
La segunda parte siguió el guión de la primera. Más ocasiones para el Madrid, pelota para el Barça. Bale chutó una volea arriba y Benzema y Modric (que impartió una lección magistral de regates y amagos) dispararon sendos golpeos al poste. El segundo del Madrid llegó pero fue anulado (aún no sabemos el porqué) y fue entonces cuando el Barcelona empató. Quién lo iba a decir: en un córner, el punto débil del Barça, empatarían el choque los azulgranas. Bartra ganó la posición a Pepe y se sacó un testarazo imparable que entró prácticamente por la escuadra. El Madrid, con sus contras, había confiado el partido a meter el segundo antes de que el Barça pudiese empatar. Ahora con el desgaste físico la cosa se complicaba. Salieron los tres mejores (porque eran los que más cansados estaban): Di María, Isco y Benzema y entraron Illarramendi, Casemiro y Varane. El Real Madrid que empezó con un 4-3-3 y cambió a un 4-4-2, terminó con un 5-4-1. Antes del último cambio de sistema y de la entrada de Varane, eso sí, se había producido la jugada de la final. Gareth Bale recogió un pase de Coentrao más allá del centro del campo, condujo la pelota casi sesenta metros y batió a Pinto con la puntera de su bota izquierda. 2-1. Neymar tuvo en su mano el empate, pero enfrente estaba Casillas. No detuvo el balón, no fue necesario. Su ángel lo desvió al palo y le envió el rechace al capitán blanco. Real Madrid 2-1 Barcelona.

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