domingo, 26 de enero de 2014

Líder (provisional)


No pasará a la historia el partido vivido ayer en el Santiago Bernabéu. El Real Madrid se impuso por 2-0 a un Granada que intentó hacer bien las cosas pero fue incapaz de incomodar a Diego López. La fiesta del Balón de Oro CR7 no se tradujo en espectáculo, pero los tres puntos se quedaron en casa y el Real Madrid, por primera vez en demasiado tiempo, es líder en solitario; eso sí, con un partido más que Barcelona y Atlético.


La primera mitad comenzó con la resaca del ofrecimiento del Balón de Oro por Cristiano Ronaldo a su público. Con ambiente festivo el Real Madrid se olvidó de jugar al fútbol durante 45 minutos y se limitó a observar al conjunto granadino. El Granada, por su parte, si bien mantuvo la posesión, no se acercó lo más mínimo a la meta blanca. El-Arabi fue el único que parecía tener la calidad o la confianza necesarias para hacer pupa al Madrid, pero su excesiva individualidad convirtieron sus remotas opciones en imposibles. Fue como esos niños pequeños que, sabedores de ser mejores que sus compañeros, se olvidan de éstos. Muy pobre fue el juego del equipo de Ancelotti. Nula presión, capacidad creativa inexistente y erráticas llegadas al área. Sólo mereció la pena salvar la chilena de Cristiano Ronaldo cuando agonizaba el primer tiempo, chilena (por fin acertó al balón el portugués en esta faceta) que detuvo Roberto con reflejos felinos.


El Granada aguantó un tiempo, bastante hizo. El cansancio físico de los rojiblancos condenó el buen hacer de los de Alcaraz… La actitud con la que salió el Madrid en la segunda parte también ayudó al devenir final del choque (claro que la del primer tiempo era fácilmente superable). En el descanso Bale se quedó en el banquillo y entró en su lugar Jesé. El canario, nuevamente, hizo mucho más en el campo que el galés. Pero ya se sabe que algunos juegan por mandato constitucional… Con Jesé el Madrid mejoró en intensidad y puso más ganas al partido. El gol, cómo no, lo puso el de siempre: el Balón de Oro. Con toda la tranquilidad del mundo (raro en él, que suele ser de gatillo rápido), Cristiano pisó la pelota para acomodarse el balón y disparó con la zurda para poner el 1-0 y echar por tierra el "cerocerismo" del Granada. Prácticamente a quince minutos del final el Madrid sentenciaría. Una genial triangulación entre Di María, Marcelo y Cristiano Ronaldo acabó con un pase de la muerte del brasileño a Benzema que se anotó el 2-0. A partir de ahí, los blancos echaron el cierre y el Granada bajó los brazos, ambos tenían otros compromisos en los que pensar…










Del partido destacaría dos cosas más. La primera, la no expulsión de Murillo al inicio del encuentro. Es lícito parar el contraataque de un rival con un agarrón, un "bloqueo de baloncesto", una zancadilla… Se pita falta, amarilla y punto. Pero el patadón que le arreó Murillo a Bale en su "zona noble" sin sentido alguno debería ser roja directa, vaya como vaya el partido y sea el minuto que sea. La segunda, el experimentó de Ancelotti que probó a Isco de "falso nueve". No lo hizo mal el malagueño, no obstante, queda patente que el gran perjudicado del 4-3-3 es él.



Veinte meses después, aunque sea anecdótico porque aún tienen que jugar Atleti y Barça, el Madrid se ve en lo más alto de la tabla.

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